Libertad
¿No era una de las cuestiones clave de la humanidad, qué es la libertad? ¿Somos realmente libres? ¿Hasta qué punto? Si lo somos, ¿cuáles son las consecuencias? Da para volverlo a uno loco.
Pero si dejamos la filosofía a un lado y nos fijamos en la libertad solamente desde el punto de vista sociológico la cosa se hace algo más sencilla.
Tengo la suerte de vivir en una sociedad (o eso nos han dicho siempre) en la que tenemos LIBERTAD. Y, realmente, no hay nadie que me impida escribir esto, por ejemplo, cosa que sí podría pasar si hubiera nacido en otra parte del mundo. Así que, agradecido.
También tengo que levantarme todos los días de lunes a viernes para hacer un trabajo que no quiero hacer durante la mayor parte del día solo para poder ganar dinero para permitirme el lujo de vivir. Visto así, esta libertad de hacer más o menos lo que quiera en los pocos ratos libres que tengo se me hace insignificante comparada con esas ocho horas diarias de actividad forzada. Quiero pensar que con esas horas de trabajo (llamémoslo esclavitud de la edad contemporánea) lo que estoy comprando es la posibilidad de definir mi vida en mis propios términos (libertad).
Como la alternativa es, casi con toda seguridad, peor que lo que tengo, prefiero aceptar la situación, considerarme afortunado y pasar a otra cosa, no darle demasiadas vueltas. Aprovechar estos breves momentos en los que soy consciente de mi ejercicio de la libertad y disfrutarla como Sísifo debía de disfrutar de las vistas cuando caminaba ladera abajo después de empujar la piedra hasta la cima.
Creo que ya que tenemos este privilegio, lo menos que tendríamos que hacer es tener en cuenta que, efectivamente, somos unos privilegiados, agradecer a quienes trabajaron para que hoy estemos en esta situación de nuevo, me estoy haciendo el optimista y honrar este derecho haciendo lo mejor que podamos con él.
Pero cada vez que observo a los humanos (los de este lado del mapa) me pregunto si la mayoría realmente no preferiría dejar toda su libertad en manos de un dictador benévolo que les dejara jugar bien vigilados en el recreo de sus vidas, los metiera en la cama siempre a la misma hora y los castigara cuando se portaran mal. Creo que muchas personas adultas volverían a la guardería sin dudarlo si les dieran a elegir, y asusta un poco darse cuenta de esto.
Aparte de eso, ¿qué estamos haciendo con nuestra preciada libertad social que costó tanto conseguir? La mayor parte del tiempo huir de ella, buscando siempre algo a lo que someterse por voluntad propia. El resto del tiempo, ignorarla.
Libertad para preocuparse por el trabajo cuando no estamos trabajando, libertad para permanecer atados a nuestros pasados o atenazados por el futuro, libertad para menoscabar la libertad de los demás, libertad para hacer guerras para eliminar libertades a cambio de dinero… No me parece que estemos preparados para ser libres, ¿tal vez estamos privilegiados por encima de nuestras capacidades?
Esto es solo una reflexión, no un mensaje pesimista. Seguramente me estoy equivocando en todo.
Gracias por venir, como siempre. Piensa en todo lo que podrías hacer con este rato libre que tienes ahora, ¿no es emocionante?